Te acompaño…,
¡claro que te acompaño!
en esta noche oscura
de tu desolación…,
y quisiera
encontrar la manera
de aliviar la amargura
que hay en tu corazón…

Solo puedo
decirte “todo pasa”,
somos flores de un día
que llegan y se van…,
tus amados
están volviendo a Casa,
donde es todo alegría
y no hay ningún afán…

En la Tierra
-que es una Escuela breve-,
se aprende de la risa
pero más del dolor,
y pasamos
como pasa la nieve,
que se esfuma de prisa
cuando llega el calor…

Y si al cierre
del telón de su vida
no hubo una despedida
ni un abrazo final,
no te aflijas
porque en su último paso
lo recibió el abrazo
de un Amor no lineal…

¡Vamos!, prueba
cambiar tu perspectiva,
nadie se va de veras
nunca a ninguna lugar,
y las Almas
siguen por siempre vivas
y en otro Plano esperan
el volverte a encontrar…

Si me dejas
con intención sincera
intentar la quimera
de acunar tu dolor…,
tal vez logres
apaciguar tu enojo,
y que surja en tus ojos
un suave resplandor…

No te aferres…,
deja que todo fluya…,
ve con mirada pura
lo que hoy te cuesta ver…,
y de a poco
retornará a ser tuya
la serena dulzura
de cada atardecer…