Si te toca partir, que sea sonriendo,
con esa misma paz tan exquisita
del que se va de aquí mientras dormita,
sin darse cuenta… de que se está yendo…
Tú puedes conseguir, amigo mío,
impregnar tu partida de ternura,
al dejar en el aire tu dulzura…:
¿dónde está escrito que ha de ser sombrío?
No importa si alguien dice que es oscuro:
tú puedes convertirlo en transparente,
y dar vuelta la hoja suavemente,
como quien va a una cita sin apuro.
Es una idea, un hecho cultural,
ese que dice que morir molesta:
¡hay tribus que organizan una fiesta
en vez de organizar un funeral!
¡Cómo no celebrar la maravilla
de un ser querido que retorna a Casa!,
aquí en la Tierra es densa la argamasa,
pero hay tan sólo Amor…en “la otra Orilla”…
Volviendo a ti…, piensa con rectitud
en todas las personas que has tratado…,
recuerda al oponente… y al aliado…,
y déjales tu adiós con gratitud…
Y teniendo en la mano tu pasaje,
en el momento justo de embarcarte,
diles a los que han ido a saludarte:
“¡no hay nada que temer…, es sólo un viaje…!”.
“¡Quitémosle a esta instancia dramatismo
que ya nos juntaremos, mis amados!:
los ropajes tal vez estén cambiados,
pero el amor…, ¡el amor será el mismo!”
Y en la hora indicada, simplemente,
abandona tu traje con sigilo…,
¡ya has de volver a retomar el hilo,
después de haber bebido de La Fuente…!
Es muy hermoso tu mensaje…
Gracias!
¡Bendiciones, amiga!
que Don tan divino posees. Mil bendiciones agradecidas
A ti por tu visita, Esther.
¡Bendiciones, amiga!