Perspectiviza…,
que aunque vaciles
sobre una cornisa,
o aunque tu senda
sea resbaladiza,
la perspectiva
lo relativiza,
al expandirla a tu visión.

Al mirar las cosas
desde la altura,
ves que hay también rosas
tras las espinas
duras y filosas
que provocaban tu aflicción.

Y no te hace falta
que crezcan alas
sobre tus espaldas:
puedes ir lejos
hacia cimas altas,
¡cambiándola a tu percepción!

Ver desde arriba,
la modifica
a tu expectativa,
y te das cuenta
que en definitiva,
lo relevante
es ir mientras vivas,
hacia Lo Superior…

Perspectiviza!
que la pizarra
junto con la tiza
con la que escribes,
se volatiliza…:
¡todo en la Tierra
se nos va de prisa…,
inclusive el dolor!

Y en tal sentido,
un orden claro
que estaba escondido,
te va mostrando
que tras lo vivido,
¡había un propósito mayor!

Y marchas tranquilo,
porque tu vida
va siguiendo un hilo,
y te desplazas
con tu propio estilo,
tan solo atento a tu intuición.

Perspectiviza!,
líneas de tiempo
que ya no precisas
se están marchando
junto con la brisa,
y hoy otras nuevas
que ya se divisan,
te brindan todo su esplendor…

Ya nada es malo:
ahora ves todo
como un gran regalo,
y entre tus gozos
ya no hay intervalo,
pues cada evento
te concede un halo
que te enriquece en tu interior…

Ya ahora las quejas
quedaron lejos
en tu vida vieja,
y otra mirada
en tu faz festeja,
¡porque se abrió tu corazón!

Y hoy tus verdades,
y los saberes
de tantas edades,
son un tesoro
porque les añades
tu más bella Intención!

Perspectiviza!,
y si de a ratos
la vida es plomiza,
saca del alma
tu mejor sonrisa,
y verás cómo
todo se suaviza
al contemplarlo con amor…