Poesía, video.

En estos Tiempos Nuevos
marchamos todos,
elevándonos juntos
codo con codo,
más si quieres urgirla
a tu Ascensión,
déjame que te haga
una invitación.

Te invito amablemente,
buen camarada,
a que nada te enoje,
¡nada de nada!,
pues no hay cosa en la vida
que engendre enfado
cuando vas de la mano
de Lo Sagrado.

“¡Ya no me enojo nunca,
ya nunca más me enojo!,
y si un disgusto surge
veloz lo desalojo,
porque cumplo un contrato
desde antes que nací,
¡reflejar lo sereno
del Dios dentro de mí!”

¡Qué maravilla entonces,
qué maravilla,
cuando sientes que llegas,
a la otra orilla!,
y al dejar de ir andando
a la deriva,
se vuelve luminosa
tu perspectiva.

“¡Ya no me enojo nunca,
ya nunca más me enojo!,
y solo paz inmensa
en mi interior alojo,
y simplemente irradio
un plácido esplendor,
porque está dentro mío,
la Fuente del Amor.”

Cada ves que te asumes
divinizado,
tus células responden
a ese enunciado,
y oleadas de fotones
llegan a ti,
trasmutando lo oscuro
que aún quede allí.

“¡Ya no me enojo nunca,
ya nunca más me enojo!,
y elijo encontrar flores
donde antes veía abrojos,
porque al ir elevando
mi propia vibración,
comprendo que se trata
todo ¨de percepción¨. ”

Así al visualizarte
un Ser Despierto,
en Otras Dimensiones
¡se vuelve cierto!,
y se infiltra de a poco
en tu plano actual,
y sin que te des cuenta,
¡se hace real!

“¡Ya no me enojo nunca,
ya nunca más me enojo!,
y es tan gratificante
la dicha que recojo,
que quisiera esparcirla
donde quiera que voy,
repitiendo en silencio
¨¡Yo Soy la Luz que Soy!¨ ”

Por eso es que te invito
compañero de viaje,
a que si algo de ira
aún queda en tu equipaje,
te digas a ti mismo:
“¡Ahora soy yo el que escojo:
ya no me enojo nunca,
ya nunca más me enojo!”