¿Qué convicción negativa
te obstaculiza y te inhibe?
¿Qué certeza te castiga,
y ser feliz te prohíbe?
¿Qué idea cargas contigo
que te ata con su cizaña?
¡Pues debes saber, amigo,
que ello es sólo telaraña!

Esa funesta creencia
que te aprieta el corazón…,
que te aleja de tu Esencia
sin motivo ni razón…,
que te tiene prisionero
de su insidiosa maraña…,
…esa cárcel, compañero…
¡está hecha de telaraña!

La realidad de “allí afuera”,
la construye tu mirada:
puedes verla de manera
temerosa…o deslumbrada…;
puedes sufrir la impiedad
de una visión que te engaña…,
¡o encontrar la claridad
donde otro ve telarañas!

¡Y es tu mente el escenario
que le da forma a ese hechizo!:
allí modelas, a diario,
tu infierno…o tu paraíso…,
y si está en tu pensamiento
lo que te eleva…o te daña…,
¡debes hacer el intento
de romper su telaraña!

¡Tú eres grande…, eres valioso
sin límite ni medida,
y te mereces el gozo
de una magnífica vida!,
y si hay acaso una idea
que te lo impide con saña…,
¡tienes que darle pelea…
que no es más que telaraña!

Cuando miras a las cosas
desde tu enfoque mayor,
y en las espinas ves rosas…,
y en la ofensa ves amor…,
y lo aceptas a tu hermano
con sus defectos y mañas…,
¡comprendes que no fue en vano
luchar con tus telarañas!

¡Contacta con lo sagrado
que en tu corazón habita!:
siente su manto dorado…
siente su luz infinita…,
siente el dulcísimo abrigo
de ese amor que te acompaña…
¡y no quedará contigo
ni una sola telaraña!