Tu mundo es tu construcción,
y como un traje a medida,
lo va hilvanando la vida
de acuerdo a tu percepción.

“¿Que la vida es un fangal…?”:
¡pues estás en lo correcto!,
que al ojo que ve defectos,
¡todo le parece mal!.

“¿Que la vida es un edén…?”:
¡también estás en lo cierto!,
que al ojo que encuentra aciertos,
¡todo le parece bien!.

Y al fundamento, en esencia,
lo sabe tu corazón:
adonde va tu atención,
¡allí se halla tu experiencia!

Porque siempre la energía
va detrás del pensamiento,
y según sople ese viento,
es tu empuje… o tu apatía…

Pero también se te ha dado
el don de remodelar
tu cerebro… y reinventar
las redes de “tu cableado”.

Y de una forma real,
reemplazar esos circuitos
ya gastados y marchitos
de tu mapa neuronal.

Y en vez de soñar despierto
sueños de miedo y carencia,
puedes soñar a conciencia
que hay un vergel en tu huerto…

Y la fórmula se halla
en ver aquello anhelado
como estando realizado,
allí, en tu propia pantalla.

¿Qué proyectas tú en tu mente
en forma meticulosa…?
¿Una película hermosa…,
o una cinta deprimente…?

¿“Mis ángeles me acompañan”
o… “¡estoy solo y confundido…!”?;
¿“me siento amado y querido…”
o… “¡todos en mí se ensañan…!” ?

¿“Sin dinero no soy nada…”
o… “¡soy grande aún sin dinero…!”?;
“tengo la suerte que quiero…”
o… “¡mi suerte ya está echada…!” ?

¡Es la visión repetida
una…, y otra… y otra vez,
del derecho y del revés,
la que modela tu Vida…!

Y así tu imaginería
va cincelando al final,
tu realidad perceptual
de dolor… o de alegría…

¡Es por eso, amigo mío,
que eres la causa y razón
de que esté tu corazón,
iluminado…, o sombrío…!

¡Porque eres el Soñador
que da vida a lo soñado!:
un triste sueño apagado…
¡o un bello sueño de Amor…!