Eres un Ángel humano
entonando su Canción,
y acariciando la vida
con cada respiración…

Y en tu respirar conciente…,
y en tu caminar sin prisa…,
y en tu mirada inocente…
¡lo Divino se desliza…!

Ya nunca más armaduras…
nunca más vieja energía…,
¡solamente la frescura
del que asume su Maestría…!

Permites que todo sea…
así…, con facilidad…,
como lo hace la marea…,
con gracia…, con levedad…

Porque ya no aceptas más
el viejo concepto aquél
de que estabas restringido
a un limitado papel…,

y al dejar atrás la amnesia,
recuperas tu verdad:
¡que eres un alma encarnada
que explora la Densidad…!:

un viajero deambulando
por los planos más diversos…
¡un peregrino de Vidas…,
de Mundos… y de Universos…!

¿Y adónde está la tristeza…,
adónde queda el dolor,
cuando sientes que se expresa
por tu intermedio el Amor…?

¡Bendito Ser Soberano…,
asume ya de una vez
que es un Gran Ángel Humano
el que va sobre tus pies…!