¡Suelta las viejas maneras…!,
todo fluye tan de prisa
que la verdad que antes era
total y sin cortapisas,
hoy da paso a otra verdad
igualmente relativa,
que a su vez quedará atrás
al ampliar tu perspectiva…

¡Suelta las viejas maneras…!,
que no hay contra qué luchar:
la victoria verdadera,
¡es dejar de “reaccionar”!:
mirar la vida de frente
sin juzgar de ningún modo,
y a la vez, serenamente,
¡empezar a amarlo todo!

¡Suelta las viejas maneras…!,
no busques conocimiento
en manuales de otras eras,
que responden a otro tiempo…
El saber que tanto buscas
es innato: ¡ya está en ti!,
y él conoce tus preguntas…,
¡porque es quién las puso allí!

¡Suelta las viejas maneras…!,
sal a lo desconocido…,
ya no hacen falta certezas
para gozar del camino…;
abraza la incertidumbre,
lo misterioso y ambiguo,
¡qué no hay luz que más alumbre
que la que llevas contigo…!

¡Suelta las viejas maneras…!.
ya no hace falta rezar,
tampoco aislarse siquiera…,
¡incluso, ni meditar…!:
inspiras… y te colocas
en un campo de energía
de pulsación amorosa
y de constante alegría…

¡Párate sobre tus pies,
en toda tu dimensión,
y permite que después,
te arrulle esa vibración!,
y sin precisar permisos
ni validación “de afuera”,
sin protocolos ni avisos…,
¡suelta las viejas maneras…!