¡Fuerza sanadora,
concédeme ahora
la gracia infinita
de tu luz bendita…!

Revisa mi akasha
y ve a dónde se halla
aquella existencia
más sana en esencia.

¡Elige mi vida
más favorecida,
la más vigorosa,
robusta y preciosa!

¡Toma el ADN
perfecto que tiene
y pon su señal
en mi cuerpo actual!

¡Actívalo ahora
fuerza sanadora,
por la luz bendita
del Dios que me habita!

¡Sí…, ya lo percibo:
un impulso vivo
que en mi ser inyecta
la salud perfecta!

¡Sí…, va dentro mío
como un claro río
de luz que me imanta,
me abraza y me canta!

¡Mira cómo brilla
la etérea plantilla!,
¡cómo se restaura
el fulgor del aura…!

¡Todos mis sistemas
parecen diademas
de luz diamantina
que se arremolina!

¡Y otra vez me adueño
del puro diseño
de un cuerpo normal,
con salud total!

¡Células amadas…,
ya se hallan sanadas…!
¡Gracias…, gracias…, gracias…,
por tanta eficacia!

¡Fuerza sanadora…,
Matriz redentora…,
bendita…, bendita…,
tu luz infinita…!