Piensa cómo sería, buen compañero,
si nada que te pase te disgustara…,
si el maltrato que a veces te llega, artero,
sobre la piel del alma te resbalara…

Piensa cómo sería si no emitieras
ni críticas…, ni juicios…, ni admoniciones…,
y ya no reaccionaras a lo que fuera…,
¡porque todo lo aceptas sin condiciones…!

Piensa cómo sería si descartaras
las viejas energías de la vergüenza,
y no cargases culpas que te pesaran…,
y no te lastimara ninguna ofensa…

Piensa cómo sería…sin las reacciones
llenas de intemperancia propias del ego:
esos patrones densos de vibraciones
que te anclan en lo oscuro que ofrece el juego…

Piensa cómo sería… si nada, nada,
te angustiara en tu vida, de ningún modo,
pues sientes dentro tuyo, buen camarada,
el ancho sentimiento de amarlo todo…

Piensa cómo sería si te quedaras
centrado en tu frecuencia más alta y pura…,
allí donde tu Esencia surge más clara…,
y abrazas lo Divino con más frescura…

Piensa cómo sería si es que sintieras
esa energía preciosa que te levanta,
esa que más te apoya…, que te empodera…,
y que te pone alas cuando te canta…

Piensa cómo sería si te asentaras
en el claro equilibrio de tu Presencia,
y a las frecuencias densas las transmutaras
tan sólo con un toque de tu conciencia…

Piensa cómo sería si mantuvieras
ese tono elevado de vibración,
y si en cada jornada sólo sintieras
alegría y ternura en el corazón…

(Si acaso, compañero, alguien te ha hablado,
de vibrar en lo puro de esa energía
que te pone en contacto con lo Sagrado…,
¿…te has preguntado, amigo… cómo sería…?)