Poesía, video

Si te sucede que alguien te enfada
y tal vez saltas como un resorte,
y allí tu lengua se vuelve espada
como si hubieras perdido el norte,

…más cuando el hecho pasa de largo
tal vez te indagas internamente:
“¿¡por qué ese abrupto rechazo amargo
que me ha cegado temporalmente?!”

“¡Yo no soy ese desagradable
que de repente perdió el control:
me volví alguien impresentable
que extravió el norte de su farol!”

Si lo antedicho te reflejase,
ello te indica que es el momento
de hacer a un lado cualquier desfase
que esté frenando tu crecimiento.

Seguramente llegó la hora
de introducir en “tu vida real”,
lo más valioso que en ti ya aflora:
¡tu crecimiento espiritual!

Aunque sería bueno, primero,
practicar con tu imaginación,
mientras dices con tono sincero
mirándote en tu visualización:

“Nada ni nadie me irrita ahora
en esta senda por la que voy:
la reacción agria ya nunca aflora
al ser consciente del Dios Que Soy”.

¡Hazlo bien claro al cuadro mental!:
nada te roza, nada te altera,
¡siente ese estado de paz total,
en el que nadie te desespera!

Vete a ti mismo en esa imagen
irradiando olas de Alta Energía,
y has que esas ondas desde ti viajen
diseminando paz y alegría.

Practicar esto muy a menudo
siembra semillas en tu interior,
de las que brotan, te lo aseguro,
¡las vibraciones del Puro Amor!

Así cuando alguien, de forma altiva,
buscase herirte en su inconsciencia,
¡no habrá ya en ti “quién lo perciba”
desde tu estado de “Alta Presencia”!

Y es que al situarte tú en tu epicentro
tu perspectiva siempre es amable,
porque al ver todo desde “el Dios dentro”,
en verdad eres… ¡inafectable!: