Hay una fuerza que lo llena todo:
es prana…luz…Conciencia Universal…,
y se puede absorber usando un modo
de respirar en forma espiritual.

Es una forma de inhalar conciente
que te unifica con la Vida entera…,
¡y el aliento de Dios se hace presente
cuando absorbemos luz de esa manera!

Con tu intención, esa energía atraés
hacia un conducto etéreo que atraviesa
tu cuerpo, desde abajo de tus pies,
hasta un palmo más allá de tu cabeza.

La inhalás por tu tubo sutil,
desde ambas puntas simultáneamente,
permitiendo de un modo gentil,
que el proceso se dé suavemente.

¡Disfrutá ese fulgor de terciopelo!
¡Esa esencia de amor…, esa delicia…!
¡Que si de arriba te agasaja el Cielo,
desde abajo la Tierra te acaricia…!

Luego unís esas corrientes enfrentadas,
justo allí, en el centro de tu pecho:
dorada una… la otra plateada… :
aplicás tu intención…¡y ya está hecho!

Y al exhalar, la irradiás hacia afuera… :
como un capullo que comienza a abrirse,
tu corazón conformará una esfera
de prana-luz…que empezará a expandirse.

Y un globo luminoso de energía,
entretejido del amor más puro,
te llevara al “ahora” de tu día,
-donde no hay ni pasado ni futuro-.

¡Es tu centro cardíaco la llave! :
al inspirar…y al espirar el prana,
¡tu cuerpo entero recordará la clave
que lo hará ser feliz cada mañana!

Tu corazón de a poco se irá abriendo,
y cambiará con él tu percepción,
a medida que vayas ascendiendo
por los andamios de cada dimensión.

Se te irá dando así, naturalmente,
una forma de alquimia espiritual:
irá mutando, aceleradamente,
en cada célula, su nivel frecuencial.

Y tu nave de luz se irá activando
como un disco girando alrededor…,
y un goce sin igual te irá llegando….
¡pues vibra en la frecuencia del amor!

Ese campo conciente unificado
de la pura energía primordial,
te habrá de recordar algo olvidado:
que sos eterno…fingiendo ser mortal…

Te unirá con la Red de Conciencia
que a la Tierra la abraza amorosa,
¡y por fin tu Sagrada Presencia
reflejará su brillo en cada cosa!

Y habrá serenidad en tu camino:
cuando la densidad quiera atraparte,
te anclarás al instante en lo Divino…,
¡y ya nada podrá lastimarte!

Y surgirá en tu senda esa alegría
que nace porque sí…sin causa alguna…,
¡con esa natural algarabía
con que cantan los grillos a la luna…!

Con el cuerpo de luz así activado,
lo que tu pienses, se hará realidad,
y un antiguo saber olvidado
¡otra vez volverá a ser verdad! :

…que estamos en la Tierra, codo a codo,
unidos en idéntica misión:
amarnos y cuidarnos entre todos…,
¡porque Dios vive en cada corazón!