Para avanzar, amigo, en tu sendero,
de un modo verdadero y sustancial,
resulta imprescindible que primero
superes un escollo primordial…:
¡¿Con qué persona no te estás hablando?!
¿¡A quién querés ver lejos de tu vida?!
¡¿Qué prójimo ¨perverso¨ va arrojando,
día tras día, más sal sobre tu herida…?!
¡Ese es tu desafío, compañero!
¡Esa es la piedrecilla en tu zapato!:
¡ese fantasma que llega traicionero
para hacerte pasar un muy mal rato…!
“¿¡Perdonarlo algún día…?! ¿¡Volver a hablarle…?!
¡¡¡Yo, con esa persona…nunca jamás…!!!”
¡Y le estás entregando –sin preguntarle-,
la llave de tu dicha y de tu paz…!
¡¿Pero no comprendés la paradoja…?!
¡Ella es sólo una excusa del Universo…!
¡Es tan sólo un pretexto sobre tu hoja
para que al fin escribas tu mejor verso…!
¡Apenas está actuando como una lente
que te muestra aumentado tu egoísmo!,
porque eso que te irrita en el de enfrente…
¡es lo que más te irrita de ti mismo…!
En esta inmensa galería de espejos,
nuestra tarea es siempre reflejar…,
y nos miramos luego en los reflejos…
¡sólo para podernos despertar…!
¡Agradecele a ese hermano del camino
lo que te está enseñando en este viaje…!,
porque en las espirales del destino,
¡él es parte de ti…con otro traje…!
¡Acaricialo con tu pensamiento…!
¡Irradiale tu amor en el sendero…!
¡Y brillará tu luz, como diciendo…:
“¡escollo superado, compañero…!”
Estoy fascinada con lo que leo en tus textos poéticos,es realmente lo que sucede. Todos tuvimos esa piedrecilla…superar el escollo es un sentimiento liberador,maravilloso .
Me siento identificada en muchas de las poesías.
Gracias por tu dedicación y generosidad .
Un abrazo de LUZ.Leonor
¡Celebro esa identificación que mencionas, querida Leonor!
Un cálido abrazo, compañera de viaje…