Cada vez que algún hermano,
te trate con malos modos,
inspira luz de otro plano
y has que ella lo bañe todo…

Míralo después de frente,
y de un modo muy sincero,
sin hablarle, mentalmente,
dile en silencio: “¡te quiero!”.

Deja que tu ser se abra
a ese sentir que perdona,
y exprésale, sin palabras:
“¡eres una gran persona!”

Notarás que tu mirada
al instante se suaviza,
y tu expresión relajada
dibujará una sonrisa.

Y al reflejar en tu rostro
calidez y simpatía,
¡es imposible que el otro
no recoja esa energía!

Porque no hay fuerza más grande
en la infinita Creación,
que aquel amor que se expande
desde el propio corazón.

Y así, lo habrás impactado
sin precisar de oratoria,
¡porque estamos conectados
por una red vibratoria!

Y ese hermano -el del destrato
que buscaba tu traspié-,
tornará amable su trato
aunque no sepa por qué.

Serás así, amigo mío,
un Alquimista Mayor:
el que toma lo sombrío…,
¡y lo transmuta en amor…!