Déjame, si algo te inquieta,
preguntarte con cariño,
(con el candor de un poeta
o la inocencia de un niño):
¿ves claro que “no hay final”,
y que aquí estamos de paso,
y que ésta, tu senda actual,
es sólo un naipe en tu mazo?
Si tu respuesta es que sí,
y que comprendes el punto
de que tu Alma habita en ti…,
entonces te repregunto:
¿por qué es que en muchas instancias
te oscurece lo ilusorio
de aflictivas circunstancias…,
si te sabes “transitorio”?
Si hay hechos que van surgiendo
provocándote honda pena,
entonces te recomiendo
para una Vida más plena,
que si eres joven, disfruta
cada brisa en tu cabello,
y si avanzaste en tu ruta…,
¡pues también disfruta de ello!
(Ya esa brisa te ha besado
en tus vidas precedentes,
y con idéntico agrado
¡también lo hará en las siguientes!).
¡Sé tú aquél que se adueña
de lo Inmenso con pericia!,
que en cada cosa pequeña…
¡la Eternidad te acaricia!
De allí es que cobra importancia
(mientras estés en tu envase),
¡disfrutar de cada instancia
sin importar lo que pase!
Y así verás en tu hermano
y en cada incidente duro,
lo Divino en lo profano,
y lo Sagrado en lo oscuro.
Y no tendrá relevancia
si es tu vida en prosa o verso,
¡que igualmente en su fragancia
te envolverá el Universo!
hola amado amigo Jorge gracias por hacerme recordar Dios siga bendiciendolo
Gracias por tu cálido mensaje, camarada de ruta! Bendiciones también para ti!