Cuando la Vida te causa un dolor
y se te marcha la paz bruscamente,
allí susurra tu Yo Superior:
¡“no dejes que esto te atormente”!

La evolución es un viaje constante
que te conduce al Supremo Amor,
y más te acercas a ser ese Amante
cuando te ubicas en tu Observador.

Y si tu sino en su ir y venir
pone en tus manos una brasa ardiente,
tu Alma entonces te vuelve a decir:
¡“no dejes que esto te atormente”!

Cuando te impones a tu ego humano
se hace mucho fácil asumir,
que puedes convertirlo en un verano
al crudo invierno de sobrevivir.

Y si en tal trance llegas a flaquear
y te obnubila algún incidente,
tu Yo Mayor te insiste en recordar:
¡“no dejes que esto te atormente”!

Si en tu conciencia buscas la Unidad
se van los dramas de tus experiencias,
pero si crees en la dualidad,
ese será tu estado de conciencia.

Y mientras sufres tal separatismo
la Luz que te ilumina internamente,
continúa insistiendo con lo mismo:
¡“no dejes que esto te atormente”!

“Esta existencia es solo de ficción,
-agrega tu Alma suavemente-,
y lo sabrás allí en tu corazón,
¡cuando ya nada te atormente!”