Cuando se vuelve oscura tu situación,
y sientes que en verano llega tu invierno,
respira muy profundo, con intención,
y di serenamente: “¡yo soy eterno!”

“¡Nada que me suceda puede afectarme,
porque yo estoy al mando, yo me gobierno,
y si algo acaso quiere perjudicarme,
simplemente recuerdo…que soy eterno!”

“He venido mil veces…, y mil me he ido,
y entre luces y sombras mi viaje alterno,
y aunque cambien mis guiones y mis vestidos,
mi Ser prosigue intacto…pues soy eterno…”

“¿¡Cómo podrían entonces las situaciones
con sus trazos oscuros en mi cuaderno,
producirme algún daño de proporciones,
si se con toda el alma…que soy eterno…!?”
.
Sólo con despegarme de lo que pasa,
y viajar suavemente hacia lo interno,
llego a esa Fuente pura que me traspasa
con la dulce certeza…de ser eterno…”

“¡Y puedo andar entonces por las cornisas,
y hasta rozar las brasas del mismo infierno,
mientras brille en mis ojos esta sonrisa
de saber dentro mío…que soy eterno!”