Se escuchan en el aire
gemidos y estertores… :
¡son los de un orden viejo,
que se va entre temblores!

Y cae un paradigma
con sus funestas cruces:
“¡el prójimo está allí,
para que tu lo uses!”

Porque ese mundo ajado
que empieza a derrumbarse,
¡es un mundo de seres
que olvidaron amarse…!

Pero entre los escombros
de una etapa nefasta,
el corazón emerge
como diciendo ¡basta!

Y se acerca a la puerta
una Era preciosa:
¡llega envuelta en perfumes
de lirios y de rosas…!

Y un nuevo paradigma
viene sin que lo llames:
“¡el prójimo está allí,
para que tu lo ames!”

Y el hombre para el hombre
tendrá abierta su mano…
¡y el hermano por fin
volverá a ser hermano…!

¡No habrá más divisiones
entre unos y otros… :
otra vez volveremos
todos a ser “nosotros”…!

Y al sol del mediodía
la mesa estará puesta…
Y vivir, compañeros…
¡vivir será una fiesta…!