Poesía, video
Si un desacuerdo ya no te desquicia,
si una contrariedad no te alborota,
y una desilusión ya no propicia
que la mirada se te quede rota,
significa que al fin estás logrando
un dulce estado de ecuanimidad,
y que tu vibración ya está alcanzando
un alto grado de inofensividad.
Es tu conciencia que se vuelve elevada,
es lo Supremo en ti que se despierta,
es tu ADN en cada célula realzada
porque ese despertar… ¡te abre Otra Puerta!
Y de ti emana una actitud pacífica,
un nuevo modo de mirar las cosas,
una Maestría incipiente y magnífica
que ya no encuentra espinas en las rosas.
Y es que “algo” dentro tuyo, vagamente,
te habla de tu pasado multiestelar,
y como un Alma Antigua al fin presientes
que ahora ya nada te podría dañar.
Y si ello empieza en ti a ser constante,
es porque “todo tú”, tu Ser entero,
con esa comprensión omniabarcante
percibes bien… ¡que todo es pasajero!
Después de andar y andar insatisfecho
mil existencias en la dualidad,
cognizas finalmente que estás hecho
con Geometría de la Eternidad.
Y que las energías que a raudales
irradia la Rejilla Cristalina
con sus mil tonos multidimensionales,
¡vuelven tu percepción casi divina!
Y así vas de embeleso en embeleso
llevado por la mano de tu Esencia,
y sientes que La Luz al darte un beso
¡le quita a los problemas trascendencia!
Por eso, si se quema tu comida,
o si te abolla el auto un inestable,
piensas allí: “son cosas de ESTA vida”
y sigues con sonrisa inalterable.
¡Por eso brindo por tu claridad,
bendito tú, entre los más benditos,
que así le muestras a la Humanidad,
un destello de Luz de Lo Infinito!
Y no la estás fingiendo a esa sonrisa,
ni la sostienes con resignación:
sucede que ahora tienes por premisa
superponer tu paz en cada acción.