¿Recuerdas
lo fácil que era todo?:
pensarlo
ya era hacerlo real;
viajar
hacia cualquier galaxia,
con solo
imaginarse allá.
¿Recuerdas?,
elegir una forma,
por gusto,
solo por explorar,
y abrir
reinos dimensionales,
jugando
con tu don de crear.
Tu tiempo
era un eterno ahora;
tu espacio
un permanente aquí,
y amar
era enlazar las almas
con ondas
del amor puro en ti.
Todo eso
ya lo llevas contigo,
no hay modo
que lo puedas perder:
lo tienes
para todas tus vidas,
brillando
en la luz de tu ser.
Es tuyo,
porque te lo has ganado,
saberes
que no se van jamás:
si evocas
tus memorias del alma,
verás
que los recordarás…
Y luego
usa esas remembranzas,
más no
para volver allí,
sino,
para que aquí en la Tierra
reveles
eso Divino en ti.
Mi amado Jorge :
Sí que lo recuerdo, y tu sabes cómo me cautivan las estrellas, pues vivía muy cerca de ellas, donde el amor era puro como tu lo dices.
Y a veces soñaba que me convertía en galaxia de diáfanos colores y me dejaba envolver por otra espiral, que con sus brazos me rodeaba, sintiendo que mi alma se fuscionaba con esa otra para convertirse en una sola, indivisa, inseparable y experimentaba el más sublime amor.
He traído esos recuerdos de mi memoria ancestral y he podido experimentar aquí en la tierra, el reencuentro con la mitad de mi alma.
Es una dicha inmensa, una felicidad incalculable, una bendición, revivir el amor de tiempo atrás y tenerlo aquí y ahora, con la seguridad de que somos uno del otro y no nos perderemos jamás.
Saltaremos de planeta en planeta, viajaremos entre constelaciones y galaxias, incluso tal vez de un universo a otro y siempre nos encontraremos, porque el amor es para siempre.
Es lindo saber que hay uno que otro loco por ahí que piensa y siente como nosotros.
Gracias querido amigo por ver también la realidad que él y yo vemos, gracias por ser un viajero del tiempo, como nosotros.
Te amo.
Sí…, imagino que debe ser una dicha incalculable «el reencuentro con la mitad del alma», querida Tere…: ¡bendita sea tu preciosa experiencia, y benditos ambos, «saltando de galaxia en galaxia»…!
¡Vaya mi deslumbrada admiración para ti y para él!
Gracias mi amado Jorge, en nombre de los dos
Jorge, tu nombre de humano. Saludos desde afuera, aquí dentro como tú. Hemos decidido esto, estar aquí por un tiempo. Es corto no lo olvidemos. Cumplamos la misión. La tuya LA VEO.
Sí, amigo/a…, cumplamos la misión…, que para eso vinimos…
Te retribuyo cálidamente tus «saludos desde afuera, aquí dentro…»!