Posees un Yo Cuántico en tu interior
que es multidimensional en su raíz,
tiene talentos de orden superior,
y no hay momento en que no esté feliz.
En él conviven la razón y el amor,
con un enfoque de “percepción consciente”,
y porque siempre ve “el cuadro mayor”,
no observa nada separadamente.
Y al ser su captación omniabarcante,
la intuición le funciona de tal modo,
que con velocidad relampagueante
encuentra soluciones para todo.
Las respuestas le vienen desde adentro,
de ese basto saber del corazón,
y al ver a los demás desde ese centro,
los ama exactamente como son.
Le son ajenas crítica y censura,
y no lo juzga a nadie en su camino,
y porque su Intención es siempre pura,
vive alineado con el Plan Divino.
Eso que piensa, pronto se manifiesta,
genera sincronías por doquier,
y a su paso la Vida es una fiesta,
y estar aquí en la Tierra, un gran placer.
La alegría le brota a borbotones,
junto a una compasión que lo rebasa:
no tiene ni una de tus preocupaciones,
y allí donde él está, está su casa.
Ciudadano feliz del Universo,
la ve como un regalo a la existencia,
tan rica en lo plural y lo diverso,
y a la vez una, en su Pura Esencia.
Y en sus ojos la Nueva Tierra brilla,
porque propaga la energía del gozo:
esa línea de “tiempo-maravilla”,
que rozas en tus horas de alborozo.
Y este Yo Alterno anhela de verdad
que te fusiones de una vez con él,
para que vivas en la Unicidad
y en la Belleza que hay en su nivel.
Y al alcanzar su Fuerza Delicada
no te hará mella más la incertidumbre,
¡pues ya no buscas escalar más nada
cuando sabes que en ti…, ya está tu Cumbre!
Buenas tardes Jorge. Sabe Ud que muchas veces llego a este plano de lograr fusionarme con el yo cuántico, y es tal cuál lo dice Ud, pero otras muchas veces ya todo es diferente. Sólo que se puede ir ya diferenciando lo real de lo que no es real, y estar cada vez más consciente cuándo esto sucede. Gracias.
Sí, amigo/a…, se va dando gradualmente el proceso: a veces estamos con un pie en la tercera y otro en la quinta dimensión…, a veces con un pie y medio en quinta…, y a veces con los dos en tercera, totalmente inmersos en el mundo «de la limitación».
Un truquito que ayuda a «reaccionar» cuando se da esto último, es recordarnos a nosotros mismos en ese momento: «este soy el Yo que soy cuando vibro lento»…, o «yo ya no creo en esta realidad»…, y ese tipo de recordatorio ya nos mueve de por sí a otro estado vibratorio más alto.
Gracias por tu mensaje!
Que andes bien!