Sólo tú
tienes la facultad
de trocar
la oscuridad en luz,
y lograr
con tu intención
que otra vez brille el sol,
al elegir cambiar
tu percepción.

Sólo tú
te puedes enfocar
para estar
presente cien por cien,
completamente aquí,
sin importar
el sitio en el que estés,
sólo gozando de
tu respirar.

Sólo tú
puedes supervisar
de verdad
donde va tu atención,
en este breve hoy,
leve y fugaz,
y el mundo que crearás
sólo dependerá
de esa elección.

Sólo tú
puedes hacerlo así,
y alinear
un pensamiento puro en ti,
y abrir el corazón
de par en par
para poder al fin
sentirte en paz
en el ahora y aquí
que te es dado vivir.

Nadie más
lo puede hacer por ti:
sólo tú
puedes sentirlo así,
y decidir
qué permitir
en tu interior:
la opacidad…
o un suave, dulce
y tibio resplandor.