Hoy cada ser humano
en la tierra ya ha optado:
o el servicio “a sí mismo”,
o el servicio “al de al lado”,

pues se está produciendo
una separación,
(que a muchos de nosotros
nos hiere el corazón),

entre los que están listos
y prestos a ascender,
y los indiferentes
ante ese acontecer.

Ya no va más sentarse
por sobre la pared:
hay que tomar partido,
y jugarse sin red,

porque forzosamente
de ningún modo empalma,
seguir con “ lo de siempre”,
y el llamado del Alma.

Y allí solo nos queda
aceptar sin juzgar,
de cada uno la senda
que elija transitar.

Y en la misma medida
en que más Luz nos llega,
mientras eleva a muchos,
a otros muy mal les pega.

Al que ya era irascible
y de andar con mal pie,
lo vuelve más violento,
¡y no sabe por qué!

Y es que estas vibraciones
de inmensa claridad,
dejan al descubierto
toda su oscuridad.

Y al que era tolerante,
servicial, bondadoso,
lo torna poco a poco
más y más luminoso,

pues la Nueva Energía
que alumbra su camino,
lo va reconectando
con su Aspecto Divino.

Y así van coexistiendo
de manera contigua,
la bella Nueva Tierra,
junto a la Tierra antigua:

un planeta precioso,
graduado y ascendente,
dentro de otro planeta
oscuro y decadente.

Hasta que llegue el tiempo
de la bifurcación,
¿cuál será el pasaporte?:
¡tu propia vibración!