Si hay una risa en tus labios
no hagas que se quede en ti:
déjala salir,
déjala volar
libre por allí.

Y si acaso no la tienes
procura ir a tu interior,
que ella ansiosa está,
esperándote,
¿no oyes su clamor?

Ríete cuando estás solo,
cuando estás con alguien,
o en la multitud,
que alcanzar un permanente
estado de risa
es una actitud.

La risa tiene la magia
de elevar de pronto
nuestra vibración:
y te hace gritar,
¡hoy estoy feliz
sin una razón!

Imagina que la siembras
por donde tú sueles ir,
sólo por sembrar,
sólo por jugar,
sólo por reír.

Y cómo ella es contagiosa
más risas han de brotar,
y el mundo será
un poco mejor
que antes de sembrar.

Y si un día el sol no brilla
y se acerca el duende
de la desazón,
escucha esta tonadilla
que te hará cosquillas
en el corazón.

Es alegre y poderosa
y te hará ver todo
bajo otro matiz:
tiene el sol aquél
de nuestra niñez
sonriente y feliz.

Y si tal vez una noche
la vida te trate
con rudo desdén,
ponte a reír como un loco,
que poquito a poco
te sentirás bien.

En las altas dimensiones
solo hay vibraciones
de risas y amor:
por eso al reír
traes hasta aquí
la Luz del Creador.