Reparte elogios cual si fuesen flores,
o trinos de mil pájaros cantores,
y esa lluvia de miel, ese derroche,
los mandará al destierro a los reproches.
La sincera alabanza hacia un hermano,
es como una caricia de tu mano,
que al niño herido que hay en él lo mima,
y logra levantarle la autoestima.
Y es que en cada sutil ponderación,
se esconde una preciosa bendición,
pues le dices “te quiero” sin decirlo,
que es otra forma más de bendecirlo.
Las loas apropiadas enaltecen:
¡todos, de un modo u otro, las merecen!,
porque incluso el tremendo pecador
también lo lleva a Dios en su interior.
Y se siente en el alma esa delicia
del elogio que nutre y acaricia,
(del mismo modo que en contraposición,
el reproche lo encoge al corazón).
Y en el encomio hay una propiedad:
lo nutre al receptor…, y a quien lo da…,
como cuando regalas un jazmín,
y parte del perfume, queda en ti…
Y en estos raros tiempos de locura
en que la gente clama por ternura,
si tú quieres vivir sembrando amores,
¡reparte elogios… cual si fuesen flores!
Hola Jorge….otra vez yo…jajaja.
Divina,divina,la poesía . Para ser sincera,tus rimas merecen todos los elogios porque son un compendio de belleza y sabiduría .Además,también por el extraordinario talento creativo y tu inquebrantable compromiso con la LUZ.
El elogio en mi tarea,es una magnífica estrategia para estimular a los demás,empoderarlos,con excelentes resultados .
Gracias por estar siempre .
«El elogio en mi tarea,es una magnífica estrategia para estimular a los demás,empoderarlos,con excelentes resultados».
¿Quién sino tú, mi entrañable Formadora de Almas, podría aunar magistralmente dulzura y eficacia?
¡plop plop plop plop!
(¿Escuchas mis aplausos?)