Para fluir en calma y en armonía…,
y vibrar de entusiasmo y de valor,
y abrirle tus ventanas a la alegría…,
¡recuérdate quién eres en tu interior…!

Tu esencia es amorosa, perfecta y pura,
y no precisa nada de lo exterior…,
por eso…, si tu vida se vuelve dura…
¡recuérdate quién eres en tu interior…!

Y en esas tardes grises, cuando la pena
nuble tu perspectiva con su dolor,
para librarte pronto de esa cadena…
¡recuérdate quién eres en tu interior…!

¡Luminosa es la senda para tus dones!;
¡todo llega a tu vida para mejor!,
más si se debilitan tus convicciones…
¡recuérdate quién eres en tu interior…!

Tu ADN se activa…, tu luz se expande…,
tu intuición cada día se hace mayor…,
pero si se te olvida que eres tan grande…
¡recuérdate quién eres en tu interior…!

¡Encarna tu energía más pura y alta!
¡Asume que estás hecho de luz y amor!,
y entonces, compañero, ya no hará falta
¡que recuerdes quién eres en tu interior…!