Si tú dejas que la vida se te escape entre los dedos,
creyendo que a “tu Imposible” no hay manera de obtenerlo,
entonces te lo suplico, ¡deja ya de dar rodeos
y anímate a la tarea!:simplemente, ¡ponte a hacerlo!

¡“Manos a la obra”! expresa un refrán inmemorial,
no enuncies “¡iré a la Luz!”, ¡que eso te ancla en el “después”!:
tan solo ingresa en tu Templo, tu Corazón de Cristal,
y sin decírselo a nadie…, ¡transfórmate de una vez!

Si en cada hueco del día, en cada instante que tienes,
te vas puliendo a ti mismo como si fueses tu orfebre,
y no prestas atención al estado del que vienes,
¡haces que tu parte humana a tu Yo Mayor se enhebre!

Y si acaso en ti surgiesen desmerecidas ideas,
descártalas de raíz al momento en que aparecen,
y elige mancomunarte con lo más Alto en que creas,
cultiva ese sentimiento….¡y ya verás cómo crece!

Y es que cuánto más te enfocas en tu elevada Conciencia,
todos los viejos patrones comienzan a disiparse,
y empiezas a fusionarte con tu Divina Presencia,
¡y qué delicia suprema surge de ese fusionarse!

Allí lo ves a tu hermano de una forma entrelazada,
y al mirar a Dios en él, se hace tan sencillo amarlo,
que le irradias esa Luz que te brota alborozada,
¡simplemente porque sí, por no poder evitarlo!

Son muchas las herramientas para metamorfosearte
y volverte ese Ser Nuevo que este momento reclama,
ese que vibra elevado y su vibración comparte,
porque fundamentalmente… ¡tiene un corazón que ama!

Y con la materia prima más noble que fue creada,
y el Alma más amorosa que haya andado por aquí,
podrás así fácilmente ir tras tu meta soñada,
por una razón muy simple…: ¡porque te tendrás a Ti!

Y llegarás a ese Sueño por sendas impredecibles,
que cuando “de Arriba” observan tu pureza de intención,
te ayudan de tal manera, que ese supuesto “Imposible”,
comienza a manifestarse, primero…¡en tu corazón!