¿Sabes, mi buen camarada?
Si hay pesar en tu jornada
y algo la empaña a tu paz,
¡hay una creencia atrás!

La vida a cada momento
refleja tu pensamiento:
cuando el pensar se disipa,
de lo oscuro…¡te emancipas!

“Suena bonito, mi amigo,
pero oye bien lo que digo:
¡siempre hay situaciones densas!”
¡Porque es denso lo que piensas!

“¿Me dices que lo que siento
depende del pensamiento?”
Así es…, la emoción empieza
a partir de tu cabeza.

“Pero…, y lo que me ocasiona…
¿cómo es que se soluciona?”
¡Simple…, dando tú un gran salto!
¿Qué cómo? ¡Vibrando alto!

Cuando tu vibrar se eleva,
¿sabes qué es lo que conlleva?:
que rozas, con puro amor,
al propio Yo Superior.

“¿Con sólo rozar al alma
se entra en estado de calma?”
¡Sí…!, porque en tal vibración,
¡ya no existe la aflicción!

Y al contemplarlo así al mundo
con un enfoque profundo,
ves que es sólo un escenario
¡para progresar a diario!:

un área de aterrizaje
para tus aprendizajes,
un marco en tu evolución…
¡para abrir… tu corazón!

Más hasta que eso pase,
¡seguirás usando “envases”!
hasta que ya no sea usual
usar un traje carnal.

“¿Y cuándo, lleno de gozo,
llegará ese día glorioso?”
Cuando ya te hayas fundido…
¡con el Divino Latido!