Iban los dos hermanitos caminando hacia la escuela…
llevaban en sus mochilas cada uno un alfajor…
el más grande, de pasada, se encontró con un amigo,
y cambiando figuritas…su merienda trocó por la “mejor”.
Dos cuadras más adelante unos niñitos descalzos,
en los tachos de basura buscaban algo de comer…,
y el hermanito más chico, sin dudarlo ni un instante,
abriendo la mochilita, su alfajor les fue a ofrecer…
Ya de vuelta de la escuela, los recibe su mamá:
“¡Cómo les va, mis amores!… ¿Comieron su meriendita…?”
“Yo no –contestó el más grande- ; hice algo mucho mejor :
¡la cambié por la “difícil”…! ¡…la más buscada figurita…!”.
“Yo tampoco la comí…” –dijo el hermano más chico-
“La usé, mami,… -agregó el niño con angélico candor-,
para que unos nenes pobres no coman de la basura…”
(¡¡¡Que hermoso va a ser el mundo del hermanito menor…!!!).