La acupuntura celestial
nos va aplicando cada día,
sus agujetas de energía
en cada vértice esencial…

Su delicada vibración
-hecha con luz de las estrellas-,
quita el pesar de nuestras huellas,
y nos alivia el corazón…

Y con su toque redentor,
va removiendo suavemente
las impurezas de la mente,
y los estigmas del dolor…

De esa manera el Sol Central,
nos va licuando las creencias,
y las antiguas adherencias
de un viejo mundo fantasmal…

Con el fotónico masaje
de su caricia vibratoria,
va aligerando, en nuestra historia,
la densidad del equipaje…

Y resucita la inocencia
de un ancestral saber innato,
que nos revela a cada rato
¡que somos dioses en potencia!

(¿Puede haber algo más genial
que recibir cada jornada,
una sesión tornasolada
de acupuntura celestial…?)