Imagina…
que hay una Humanidad que no segrega a nadie,
y que cobija a todos de un modo maternal,
porque ve en cada uno un brillo celestial,
y deja que ese brillo serenamente irradie.
Imagina…
que están los corazones tan bellamente abiertos,
que se vive en completa y dulce aceptación,
cada uno extasiado, siguiendo su pasión,
conformando entre todos el más bello concierto.
Imagina…
que transitan cantando, y batiendo sus palmas,
y celebrando juntos la hermosura del día,
en un sereno estado de profunda alegría,
esa que sólo brota desde el fondo del alma.
Imagina…
que en esa sociedad, feliz, iluminada,
todos se comunican con el Dios interior,
y un dulce sentimiento de beatífico amor
se filtra en las sonrisas y brilla en las miradas.
Imagina…
que han desaparecido para siempre las guerras:
¡sólo para el saludo se levantan las manos!,
y porque cada hombre vive para su hermano
han logrado que el Cielo se traslade a la Tierra.
Ese mundo, mi amigo, no aparece en los diarios:
la Oscuridad no quiere que se sepa que existe,
y a pesar que se sabe derrotada, persiste,
ofuscada, intentando demostrar lo contrario.
Cuando el polvo se asiente, verás que está emergiendo
un precioso planeta, solidario y en paz,
en donde cada uno vela por los demás,
y entre tú y muchos más, ¡lo estamos construyendo!.
¡Y que no te preocupe si eres alguien mayor!:
no tengas duda alguna que has de vivirlo igual,
cuando vuelvas vestido de otro traje carnal,
para aportar de nuevo, tu regalo de amor.
Somos creadores de un mundo de paz y amor,como tú bien dices y está en la fuerza recovadora de la vida que nos envuelve y nos funde en un corazón abierto y entregado a todo lo que es …. sintonizamos Jorge … un abrazo de Matilde
¡Celebro «la sintonía», amiga Matilde!
¡Abrazo!