Yo he visto un Fuego de Diamante,
más no fue sólo que lo vi,
sino además, en ese instante,
adentro mío lo sentí.
Y en su brillar alucinante
mezcla de oro y de rubí,
como una hoguera crepitante,
quemó lo denso que había en mí.
Y en ese estado deslumbrante,
entre reflejos carmesí
y fogonazos palpitantes,
¡también yo en fuego me volví…!
Y fui allí un águila brillante
que me mostraba el velo en mí,
y fui la daga más punzante
con que ese velo descorrí.
Y tras su tajo centelleante
de la Ilusión me desprendí:
¡nada es Real allí adelante:
soy yo quien hace que sea así!
Y en ese “darme cuenta” entrante,
su corolario descubrí:
ni es blanco lo que está adelante,
ni es negro lo que veo allí…
¡Yo soy el mago contrastante
que al elegir mirarlo así,
le va inyectando el colorante
de todo aquello que creí!
Y en ese rayo fulgurante
completamente comprendí,
que lo “de afuera” es un constante
reflejo de lo que hay en mí.
Y que si quiero en adelante
solo pureza ver allí,
debo ser yo a cada instante
igual de puro que un rubí.
Y de esta hoguera destellante
tan transformado resurgí,
que hubo otro brillo en mi semblante
cuando mis ojos entreabrí…
Y en mi conciencia aún exultante
en un chispazo allí entendí,
que solo un Fuego de Diamante
te hace nacer de nuevo así…
¡La Vida es sorprendente ! Y El ¡Misterio desvelándose es transformador y alucinante! » Estoy más y más enamorada de la Vida ” ¡Que decir de tanta belleza! Solo dejarse llevar po el AMOR TRANFORMADOR que nunca te desfrauda porque es la ESENCIA DEL SI MISMO . Estamos en ello Jorge … un fuerte abrazo amigo de Matlde
¡Brindo por tu «enamoramiento de la vida», compañera de viaje!
Y mientras te dejas llevar «por el Amor Transformador», te envío mi mejor abrazo!