¡Elévalo a cada hermano que te encuentres por la acera!,
¡has que se sienta grandioso, importante y especial!,
¡dile que la luz que irradia, brilla a su propia manera
-rutilante, esplendorosa, alegre y cascabelera-,
porque brota diamantina desde su Ser esencial!

¡Resáltale las bondades de sus mejores acciones!,
¡cuéntale que tiene mucho para darle a los demás!,
¡aliéntalo a que confíe en todas sus condiciones,
y dile que tiene tantos y tan magníficos dones,
porque es un Ángel de Luz…oculto tras de un disfraz!

Hazle notar la importancia -singular, irrepetible-,
de su impronta de energía, única y particular:
esa que deja en la tierra una huella inconfundible
porque condensa su propio aprendizaje tangible
modelado en tantas vidas que tuvo que atravesar…

¡Ayúdalo a conectarse con lo mejor dentro de él…!,
y a que se aquiete, en silencio…y escuche a su corazón,
que de manera constante, con un susurro de miel,
le habla siempre suavemente desde un profundo nivel,
pidiéndole que sostenga su sagrada alineación.

¡Empodéralo al mostrarle que es dueño de su energía,
en la medida en que elige controlar sus pensamientos!,
y que puede ir modelando su jornada en armonía
cuando sosegadamente, se coloca en sintonía
con el jardín donde crecen sus mejores sentimientos…

¡Cuéntale que ahora la Tierra, al cambiar su magnetismo,
ha activado como nunca la luz de nuestro ADN,
y que por eso es que al fin puede sanarse a sí mismo…,
puede lograr que sus sueños cristalicen con realismo,
y puede ir ya plasmando la Edad de Oro que viene…

¡Aliéntalo a que celebre ser parte de este momento,
protagonista absoluto del Latido Universal!,
y a que haga a un lado las dudas, los miedos y los lamentos,
porque si muy dentro suyo no da su consentimiento,
¡nada puede lastimarlo, ni causarle ningún mal!

¡Recuérdale que él es parte del Gran Flujo de la Vida,
y que vino expresamente a revelar su esplendor!,
y que hay un rol que lo aguarda, hecho justo a su medida
para pasar por el mundo con su lámpara encendida…
y que tiene una herramienta que es invencible: ¡el amor!

Y ámalo profundamente…, de los pies a la cabeza…,
siente ese lazo profundo que te liga con su Ser…,
contémplalo en su inasible, inmaculada belleza,
y envuélvelo en tu ternura… ¡que la magia siempre empieza
cuando al mirarlo a los ojos…lo sientes resplandecer!

(Y al actuar de esta manera latirá en tu corazón
un sentimiento profundo de radiante frenesí,
pues sin haberlo buscado -y sin que sea tu intención-,
al elevar en el otro su nivel de vibración,
también, simultáneamente…¡lo habrás elevado en ti!)