Esta vida te dio el primer aliento
en la fiesta feliz del nacimiento,
y algún día, con cálida emoción,
habrá de despedirte en la Estación.
Y así, otra existencia se habrá ido…,
-otro peldaño más del recorrido-,
siempre anhelando encontrar la forma
de fundir lo Sagrado con la horma.
Ojalá, amigo, ante ese último aliento,
puedas decir: “viví sin un lamento,
y ante cada tropiezo en el camino,
siempre tuve el sostén de lo Divino.”
Ojalá exclames, con voz mansa y serena:
“¡me voy feliz…: fui una persona buena!”,
y tus ojos transmitan la dulzura,
de quién anduvo aquí sin amargura.
Ojalá sientas, al mirar atrás,
la frente limpia y la conciencia en paz,
porque pudiste ver en cada hermano,
la luz que está detrás del traje humano.
Y pienses, recordando a tanta gente
a la que amaste silenciosamente:
“grande la siembra…, grande la recogida,
que estoy llevando a mi siguiente vida.”
“Y aunque en la Aduana hacia el Otro Lado
no permiten pasar nada pesado,
me voy con mi maleta bien cargada…,
porque sé que el amor… ¡no pesa nada!”
A veces no hemos sabido amar lo suficiente y al partir la maleta pesara un poco, pero ALGUIEN nos ayudara a llevarla y al ver su AMOR nos contagiaremos para siempre y la proxima vida sera hermosa Gracias Jorge por tu amor hacia tus compañeros de ruta como a veces nos llamas……M luisa desde Barcelona
Gracias por la generosidad de tus expresiones, querida amiga.
Y aunque no te conozca personalmente, sé bien que tu maleta pesará muy poco…
Un cálido abrazo…
El tiempo es ahora, el tiempo de amar, de perdonar, de andar. Tiene su poesía la verdad que recuerda el presente, para que cuándo crucemos la gran puerta lo hagamos con la paz merecida. Gracias.
Dices que esta poesía "nos recuerda el presente"…, y has captado bien el punto, querida Stella…, porque esa es la intención que la anima: concienciar la importancia de cómo vivimos este "aquí y ahora"…(ya que de ello dependerá cómo atravesemos "el umbral").
Gracias por tu lúcido aporte.
Un abrazo.