Deseos…, ambiciones…, anhelos…, objetivos…:
¡pulsaciones del ego yendo tras del placer…!,
más si lo que tu quieres es sentir que estás vivo,
¡aquiétate, mi amigo…!, ¡déjate ser…!

Enojarse con todos de manera ampulosa,
buscando que se amolden a tu modo de ver…:
si vives irritado casi por cualquier cosa,
¡suelta tus exigencias…!, ¡déjate ser…!

Viajar de uno a otro extremo del péndulo afanoso,
desde que te levantas…hasta el anochecer…:
si acaso ello te empieza a resultar tedioso,
¡libera tus afanes…!, ¡déjate ser…!

Y el futuro que anhelas…, y el pasado que añoras…,
y lo que fue algún día…, y lo que habrá de ser…:
si quieres desprenderte del paso de las horas,
¡desmárcate del tiempo…!, ¡déjate ser…!

Y el pensamiento inquieto cual mono enloquecido,
yendo de rama en rama…, de quehacer en quehacer…:
observa su alocado trajinar sin sentido…,
¡contémplalo en silencio…!, ¡déjate ser…!

¡Hazte a un costado, amigo, y pídele a tu esencia
que te envuelva en su manto de Amor y de Poder!,
¡permite que te insufle su Divina Presencia…!,
¡abandónate a ella…!, ¡déjate ser…!

Cuando al fin te permites abrirte a lo que Eres,
algo muy dentro tuyo comienza a florecer…,
y ya libre de apegos…, de mañanas…y ayeres…,
¡te llega la delicia de simplemente ser…!