¡Deja atrás ese suceso
que sientes como un castigo!,
y no permitas, amigo,
de su huella quedar preso…

¡Déjalo atrás…, ya pasó…!,
mantén tu vista enfocada
sobre la cinta asfaltada…,
¡que el barro ya terminó…!

¡Libéralo con premura…!,
y deja que tu Maestría
te lleve hacia un Nuevo Día
después de esa noche oscura…

¡Asúmelo de una vez!,
asimila su lección,
y entonces, sin dilación,
¡cierra esa puerta después!

Y al soltarlo sin rencor,
neutral, objetivamente,
¡sentirás que ciertamente
te ha ayudado a ser mejor…!

Porque él ha sido, en esencia,
sólo un pretexto en tu viaje,
para que ese aprendizaje
expandiera tu conciencia…

Velo como un giro más
de una interminable danza…,
agradece su enseñanza…,
¡y luego… déjalo atrás…!