Cuántas veces pensaste en irte lejos,
fabricarte un retiro en las montañas,
y en tu mente hilvanabas los bosquejos:
las águilas, la altura, la cabaña…
Cada noche soñabas vagamente
con una paz que viene de otro plano,
esa que rozarías, ciertamente,
cuando dejases lejos “lo mundano”.
Pero una y otra vez, día tras día,
te iba diciendo tu Alma en dulce arrullo:
“ese refugio aislado que tú ansías,
se encuentra únicamente dentro tuyo”.
¿Qué te quiere decir con esa frase?:
¡que ya no es importante “donde estar”!
pues aunque por el mundo lo buscases,
¡está dentro de ti el “dulce lugar”!
¡Porque es una frecuencia vibratoria!,
y puedes ir “allí” instantáneamente
deteniendo “la rueda giratoria”,
que gira y gira dentro de tu mente.
Y sin que importe lo que estés haciendo,
abrirás El Portal del Embeleso,
y en medio de ese dulce arrobamiento,
sentirás que La Fuente, te da un beso.
En esa condición tan pura y alta
estás vibrando en Quinta Dimensión,
y en esa vibración nada te falta
porque ya está repleto el corazón.
Allí en cada persona ves tu hermano,
cada lugar es siempre acogedor,
y es bello lo que tienes a la mano
porque lo estás mirando con amor.
Y no precisas irte a las montañas
para lograr, cualquiera sea el momento,
el éxtasis aquél que tanto extrañas,
¡el de la beatitud… en movimiento!
Mi amado Jorge:
Bienventurados aquellos que tienen la capacidad de estar aquí y allá al mismo tiempo.
Volver al dulce hogar en un momento y descansar el alma, y una vez recuperada después de recargarla de energía y vitalidad, regresar con ella llena de amor para seguirlo repartiendo.
Ven a mi mundo, te invito a conocerlo, aquí encontrarás mil cosas bellas, flores multicolores, colibríes tornasol y radiantes mariposas, agradable sombra bajo los árboles y la caricia de una suave brisa, puedes poner lo que tu quieras, colores, formas, aromas y escuchar la sinfonía de las aves, las fuentes y los arroyuelos….. Te amo.
Sí, querida Tere…, conozco tu mágico mundo…, porque a través de la belleza de tus palabras me has ido mostrando, a lo largo del tiempo, el incomparable resplandor de tu Alma…