¡Ah…pureza…,
que con gran delicadeza
vas quitando la tristeza
de raíz…!
¡Cómo anhelo
que mitigues mi desvelo,
derramando por mi cielo
tu matiz…!

De repente,
te apareces fugazmente…,
sin motivos…,simplemente
porque sí…,
y me cantas…
con un trino en la garganta…
o en el sol que se levanta
para mi…

Decidida,
tu les das la bienvenida
a los que aman en la vida
por amar…
Y destellas,
con el brillo de una estrella…:
¡clara Diosa!, ¡la más bella
de mi altar…!

Tus fulgores,
nos recuerdan a las flores
cuando estalla de colores
el jardín…
Y tu mano,
va limpiando ese pantano
de lo sórdido en lo humano…,
de lo ruin…

¡Ah…pureza…!
Yo se bien que más te expresas
en quien llora y en quien reza
con fervor…,
y en el llanto…,
tu los vas purificando,
mientras vas apaciguando
su dolor…

Es por eso,
que te pido de exprofeso:
¡no me dejes quedar preso
nunca más!,
de lo oscuro,
de lo turbio…de lo impuro,
que me alejan –te aseguro-
de tu paz…

Hoy quisiera
que tu manto me envolviera,
y que el peso redujeras
de mi cruz…
¡Ah…pureza…!
¡cobijame en tu tibieza…,
que preciso la belleza
de tu luz…!