Para que andando tu Vida
el viaje sea placentero,
principalmente dos cosas
necesita tu velero…

Una se llama SENTIDO,
la otra se llama CERTEZA,
y juntas te dan Poder…,
y Visión…, y Fortaleza…

El Sentido es esa brisa
que hace flamear a tus velas,
y de tan feliz, no sabes
si es que navegas… o vuelas…

Él te hace ver el Gran Cuadro,
y allí entiendes la razón,
de por qué es que estás viajando,
y por qué estás al timón.

Y el saber de dónde vienes
y para qué estás aquí,
hacen que el mar y que el cielo
se vuelvan parte de ti.

Porque no hay causa mayor
de fatiga y desaliento,
que el ignorar dónde vas,
ni de qué trata este cuento.

Y estará el velero listo,
y el velamen desplegado,
más si no llega ese viento,
te quedas allí varado.

Pero cuando sopla fuerte
sabes en tu corazón,
¡que tu rol es necesario
en la Divina Creación!.

¿Y la Certeza?: es la vela
que al viento lo hace embolsar:
si no hay vela, tu velero
se queda sin navegar.

Ella representa, amigo,
lo concreto, lo eficaz,
al abrazarla a la brisa
y dejar el puerto atrás.

Y al conferirle al Sentido
su molde de concreción,
hace que el Gran Plan avance…
¡porque te pone en acción!.

Las dos cosas se precisan,
el Sentido y la Certeza…:
con Vela y con Viento aunados
¡vivir es una belleza!

Y mientras ves el Gran Cuadro
y lo ayudas a plasmar,
el velero de tu vida
va feliz… surcando el mar…