Aunque parezca ser el mundo gris,
tú te mereces tu Sitio Feliz.
Un territorio que es tan especial,
que en él no hay forma de sentirse mal.
Allí no puede entrar la fricción,
pues todo se halla en alineación,
y en una fiesta que no tiene fin
eres la danza junto al danzarín.
Tan sólo hay paz, bondad y bien,
en su formato de “pequeño edén”.
Lleno de luz, te espera allí,
un paraíso puesto para ti.
Para reír, y disfrutar,
y con el alma ponerte a cantar,
sabiendo que, en la ocasión,
ese que canta es tu corazón.
Por eso amigo si el sobrevivir
le pone sombras a tu porvenir
y ya estás harto de esa oscuridad,
busca tu espacio de felicidad,
que en él tu mundo estalla de color,
y recuperas tu versión mejor:
esa versión en la que sin dudar
solo te nace “amar por amar”.
Pero algo hay que has de saber,
si a ese paraje quieres acceder:
no es un lugar ni es un país
donde se encuentra tu Sitio Feliz…,
ni hay mapa que te pueda dar
señal alguna de cómo llegar.
No hay cómo hallar su ubicación,
porque ese Sitio es una Vibración.