Hay una Nueva Energía
que entra por múltiples nodos,
y reparte epifanías
para el mayor bien de todos…

Siente el modo en que la inhalas
con cada respiración,
y cómo le pone alas
de luz a tu vibración…

Percibe un rayo dorado
que entra por tu coronilla,
y te deja iluminado
de cabeza a pantorrillas…

Y visualiza después
que en su viaje soberano,
te recorre hombros y brazos
hasta llegar a tus manos.

Advierte las energías
que por tus dedos transitan…,
inhala más luz…, y luego,
has que tus palmas la emitan…

Y de un modo inusitado
habrás de sentir en ellas,
el brillo aterciopelado
con que brillan las estrellas…

Ese flujo poderoso
centrado en el corazón,
tiene un poder asombroso,
¡y responde a tu intención!

Es el poder de tu Esencia
que empieza a tomar el mando:
¡es tu Divina Presencia
con quien te estás conectando!

Pon tus manos -recargadas
con esa energía preciosa-,
sobre la parte de ti
afectada o dolorosa.

Y percibe cómo ahora
esa zona se satura
de la luz más sanadora,
más poderosa y más pura…

¡Siente…, siente cómo pulsa
esa intensa vibración,
que produce en los tejidos
su completa sanación…!

Advierte ese cosquilleo
que en tus células provocan,
¡porque están divinizadas
las Manos que ahora las tocan…!

¡Envíales tu cariño
como un río abrazador,
y nota cómo responden
al llamado del amor!

Exprésales con ternura
las gracias por recobrar
el espléndido equilibrio
que las hace funcionar…

¡Mira cómo recuperan
su diseño original:
el de la salud perfecta,
balanceada y natural…!

¡Y celebra alborozado
lo que está ocurriendo allí!:
¡es tu propia curación…
que te regalas a ti!

Y es que la Nueva Energía
propicia con claridad,
que ahora, lo que tu crees,
se plasme en la realidad…

¡Conecta con lo Sagrado
dentro de tu propio ser,
y hazle lugar a la magia
de tu increíble poder…!