Mi vecino fue apresado
por una leve infracción,
¡algo que no ameritaba
ni un día de detención!
Pero gracias a la inmensa
burocracia judicial,
¡hace ya tres largos años
que está preso en el penal!
A menudo lo visito,
sólo para darle aliento…,
¡y vaya el contrasentido:
soy yo el que sale contento!
Y es que irradia esa armonía,
esa dulce vibración,
de quien pasa largas horas
sumido en contemplación…
Una vez le pregunté
cómo había encontrado el modo,
en medio de su prisión,
de sentirse en paz con todo…
Me miró con la ternura
con que se contempla a un hijo,
me acarició la cabeza…,
y suavemente me dijo:
“Me hice amigo de mi mente…,
y la manejo a placer:
a veces la desconecto…,
¡y a veces la dejo ser!
Porque comprendí en mi encierro,
que no tengo nada más
que este bendito momento,
tan huidizo…, tan fugaz…
Aquí aprendí que la Vida
ya es perfecta para mí…,
justo en este mismo instante…,
justo ahora…, justo aquí…
Hice de mi celda un templo…;
de cada invierno, un verano…;
de cada preso, un amigo…;
de cada guardia, un hermano…
Y es que cuando te das cuenta
que ya todo es milagroso,
¡inclusive hasta un pan duro
puede saber delicioso…!
¿Sabes…? Yo tengo un sobrino,
-agregó en tono neutral-,
importante ejecutivo
de una multinacional.
Montado en grandes negocios
viaja por el mundo entero…,
¡pero de sus ambiciones
se halla siempre prisionero!
Y arrastrando sus grilletes,
va de país en país…:
¡tiene todo lo que quiere…,
y no logra ser feliz…!
Fíjate que paradoja,
que sinsentido profundo:
¡yo vivo libre en mi celda,
y el vive preso en el mundo!
Por eso, tú, que deambulas
en libertad por allí,
¡transmítele a “los de afuera”,
esto que ahora ves en mí…!
Y cuéntale a cada hermano
que busca la plenitud,
que la dicha, amigo mío,
¡la dicha es una actitud!
Y hay un único lugar
en el que tiene aposento:
ella vive, compañero,
¡tan sólo en tu pensamiento!”
Jorge, me has dejado sin palabras… ¡Que forma tan hermosa de mostrar que cuando se tiene paz interior, no existen barreras para el alma! ….Mientras no se aprenda a soltar amarras y dejar el lastre atrás, seremos presos de nuestro propio ego.
Una gran lección la del día de hoy.
Gracias, muchas gracias
¡Qué bien lo has sintetizado, querida amiga!:
"Mientras no se aprenda a soltar amarras y dejar el lastre atrás, seremos presos de nuestro propio ego."
¡Gracias por tu impecable aporte!
Un gran abrazo…
Hola Jorge, eres una personita muy importante para esta humanidad. tus poemas son tan luminosos que donde tú estés se hará la luz y el amor siempre. Gracias por todo lo que nos das y nos enseñas a través de ellos. Eres de esas personas que brillan con luz propia.
bendiciones para ti
Flor Miriam
jaja ¡Gracias por tanta dulce exageración, querida Flor! (Sé que lo haces desde el afecto…)
Un gran abrazo…
QUE GRAN LECCIÓN, de verdad cuantos vivimos prisioneros de nuestros problemas, de nuestra actitud,Tienes tanta SABIDURÍA DIOS te BENDIGA SIEMPRE.
Gracias:)
Esta poesía la van a escuchar muchos internos de las dependencias carcelarias de Madrid, España por mediación del equipo de voluntarios de la Fundación Sauce. Gracias de parte de todos ellos.
Un fuerte abrazo.
Gracias, amigo/a…, por sembrar estas semillas donde sientes que pueden fructificar…
Gran abrazo