Sólo por hoy, suspenderé los juicios,
y te veré como a un recién nacido:
un Ángel que comienza el recorrido
de cumbres altas…, y de precipicios…

Sólo por hoy, te miraré a los ojos,
y trataré de ver tras tus pupilas,
ese trasfondo desde el que destilas
tu frustración, tus furias, tus enojos…

Sólo por hoy, de un modo delicado,
intentaré llegar a ese niñito
que en el fondo de tu alma dice a gritos
que solamente busca ser amado…

Sólo por hoy, te sentiré mi hermano,
y pasaré por alto tu locura,
para decirte, amigo, con ternura,
que tu venida aquí no ha sido en vano…

Sólo por hoy, me acercaré despacio,
y te hablaré, desde mi corazón,
de lo bella que suena tu canción
cuando la dejas ir por el espacio…

Sólo por hoy, te abrazaré en mi mente…,
te envolveré en mi afecto más sincero…,
y buscaré tan sólo, compañero,
que te sientas querido, simplemente…

Después…, cuando la noche llegue aquí,
descansaré con absoluta calma,
porque sabré en el fondo de mi alma
que te he brindado lo mejor de mí…

Y mañana, cuando el alba, en donde estoy,
me traiga el resplandor de otra jornada,
al cruzarme contigo, camarada,
me volveré a decir: “…sólo por hoy…”.