Si en los atardeceres tus ojos se humedecen,
y un rastro diamantino se queda en tus mejillas,
recuerda que las cosas no son lo que parecen:
¡son lágrimas del alma las lágrimas que brillan!
Los pesares profundos conllevan replanteos:
“¿quién soy?, ¿para qué vine?, ¿esta vida es fortuita
con su carga incesante de lucha y forcejeos…,
o es solamente un día de una Vida Infinita?”
Y si hastiado de todo te quejas con vehemencia,
eso es porque el más grande regalo del dolor
es llevarte de a poco, a golpes de conciencia,
hasta el tesoro oculto de tu Yo Superior.
Cuando tu Ser más alto percibe tu parate,
y nota que es tu vida un gran interrogante,
en forma presurosa acude a tu rescate,
y transmuta tus penas en gotas de diamantes.
Y es que son tus angustias obsequios disfrazados,
maestros que te pulen sin pedirte permiso,
y que solo pretenden llevarte hacia ese estado
en que tus alas crecen…, ¡y te elevan del piso!
¡El dolor siempre pasa!, y después que se ha ido,
no solo eres más sabio…, ¡también eres más fuerte!,
y sientes que de pronto tu enfoque se ha expandido,
y ya a nada le temes …, ¡ni siquiera a la muerte!
Y contemplas la vida desde otra perspectiva:
¡nada de lo que pase consigue hacerte mella!,
y “sabes” de algún modo que en cada día que vivas,
te alumbrará el camino tu corazón de estrella.
Y llegarán sin duda otros atardeceres
en que también los ojos se te humedecerán,
y lágrimas flamantes, allí donde estuvieres,
su surco diamantino de nuevo dejarán.
Pero será distinto…, ¡porque estarás Despierto!,
y si algunas cayeran sobre tus propias palmas,
sonreirás al mirarlas y pensarás “¡es cierto…,
las lágrimas que brillan…, son lágrimas del alma!”
Querido Jorge, hoy ha sido un día muy especial, han pasado ya dos años desde mi reencuentro con aquel amoroso poeta errante, cuya carta de presentación decía:
“-Vengo lleno de voces y de susurros; / traigo todos los tonos del universo…/ ¡Sólo ¨dí tu palabra¨, amigo mío…/ y te la tornaré trocada en verso…!”. La palabra que brota de mi alma es: ¡GRACIAS!.
Mi vida era un jardín desatendido, ahora brotan las flores, sus semillas permanecían dormidas, sedientas por perfumar la fragancia del Amor. Que alegría sentir el toque de lo divino en lo humano, para ir esparciendo los dones del espíritu, esas son las lágrimas de mi alma.
Gracias querido compañero de camino.
Ah…, qué dulzura de mensaje, amiga mía!
Cómo sonríe el corazón ante tan bella elocuencia!
Y qué evidente que en tu renovado jardín, brotan ahora aquellas flores “sedientas por perfumar la fragancia del amor”…
Bendito sea ese toque “de lo divino en lo humano”, que se reconvirtió en “las lágrimas de tu alma”…
Ellas tiñeron de hermosura cada frase, reflejo puro de la belleza que te habita…
Infinitas gracias, poetisa en prosa!
Que bello despertar…, gracias Jorge por tus delicadas palabras.
Gracias querido Jorge … No podía ser de otra manera tus rimas lo dicen, y la danza de la vida expresándose en la forma también , lo aparente pasa, y la Verdad nos deslumbra cuando se descubre en lo profundo del Ser nuestra ESENCIA …. GRACIAS MIL VECES POR ESTAR AHÍ brillando, llevando luz a todos los corazones … gracias y a pesar de la situación tan delicada…FELIZ NAVIDAD abrazados en ella …. te quiero Matilde .
«…lo aparente pasa, y la Verdad nos deslumbra cuando se descubre en lo profundo del Ser nuestra ESENCIA…»
¡Qué hermosa manera de expresarlo…, cuánta elegancia en el sentido de esa frase, mi querida Matilde!
Gracias te doy yo por estar allí, en ese lugar del planeta, irradiando hacia todos la divina radiancia de tu alta vibración…
¡Infinitas gracias, compañera de viaje!
Y con inmenso cariño adhiero a tu deseo: dentro de lo posible, ¡feliz Navidad para ti también!
Enorme abrazo!