Poesía, Video

¿Se te cruzó la idea de observar tu existencia
desde otra sintonía, con un mayor enfoque,
como si de repente se ampliara tu conciencia,
y en vez de un ladrillito, miraras todo un bloque?

Ver el recuadro grande cambia la perspectiva:
cuando tú te percibes como un Ser Absoluto,
ya no puede afectarte nada de lo que vivas,
porque dejas de verlo con “ojos diminutos”.

En tu mirada ampliada no eres “tu yo pequeño”:
eres tu Yo pequeño, más tu Yo Superior,
y ese Yo Superior es a la vez un leño
de la hoguera del Alma… ¡crepitando en Amor!

Y tu Alma es asimismo parte de algo más grande:
“tu Mónada”, que a otras, se une en forma veloz,
y el conjunto de Mónadas igualmente se expande
convergiendo en “La Fuente”, que aquí llamamos Dios.

Al ver desde este encuadre, tu panorama muta:
tu mirada pequeña ahora es “La Gran Mirada”,
y en tu interior, de a poco, sucede una permuta:
¡la inquietud se transforma en Armonía Sagrada!

Percibes dentro tuyo que es tu rol, pasajero,
y que vas y que vienes…, y que vienes y vas…,
y que esta vida es solo un muy breve apeadero,
una parada apenas…, solo eso…, ¡nada más!

Así al desapegarte de un papel transitorio
te percatas por dentro con certeza total,
que esto nunca fue un viaje de la cuna al velorio:
¡tu existencia no tiene ni inicio ni final!

De tal modo te adviertes “un Humano Divino”,
y puedes sentir paz aún en los trances duros,
pues sabes que eres TÚ quien moldea tu destino,
trocando en relucientes los momentos oscuros.

Y te ves infinito, quizá por vez primera:
una porción del Todo, que aquí ha venido a amar,
y que va por el mundo rodando a su manera
como ruedan y ruedan los oleajes del mar.

Y allí tu aura se expande con serena alegría
al contemplarlo todo desde esa comprensión:
¡ya nada puede herirte mientras vas por tu vía,
y una música etérea… te endulza el corazón…!