Hay sueños deslucidos…de color opacado…,
y hay otros que te muestran todas sus maravillas…,
y hay sueños que de pronto, el día menos pensado,
¡inesperadamente se vuelven pesadillas…!

Y la luz, antes clara…ahora empieza a apagarse…,
y el sufrimiento entonces, es una nube densa…,
¡y uno quiere tan sólo volver a despertarse,
porque el sueño se ha vuelto una aflicción inmensa…!

Y el corazón exclama entre angustia y sollozos:
“¡esto que estoy viviendo no puede ser real…;
no puede ser tan negro, ni tan hondo este pozo…:
paren la proyección…que algo ha salido mal…!”

“¡Por favor, allí afuera…, díganme que no es cierto…!
¡Que de esta pesadilla me saquen, por favor…!
¡Quiero otra vez, ya mismo, volver a estar despierto…!
¡Se me hace insoportable tanto y tanto dolor…!”

¡Más nadie te despierta…! Y el tiempo va pasando…,
y se van atenuando de a poco tus dolores…;
toda tu perspectiva se va modificando…,
y asimismo, con ella, tu escala de valores…

Y ya no te interesa lo que antes te importaba…:
le das a cada cosa su preciso valor…,
y hacia Dios lentamente se vuelve tu mirada…
¡ha sido la tragedia tu gran Despertador…!

¡Bendito el sufrimiento con su labor que cura…!
¡Benditos los que sufren la angustia de vivir…!
¡Pero aún sean más benditos los que en su noche oscura…
ya tienen decidido no volver a dormir…!!!