Goza la vida, mi amigo,
tómalo al vuelo al instante,
y deja que te contagie
su claridad de diamante.

¡Qué importa si es tu escenario
de escasez… o de opulencia,
si la dicha es solamente
un estado de conciencia…!

¿O no está el que tiene todo
y vive sin alegría,
y está el que no tiene nada,
y derrocha algarabía…?

¡Vamos, abraza el momento
con el ardor de un amante,
y declárale tu amor
al hada de los instantes!

Tómala de la cintura
y canta a todo pulmón,
con esa bella locura
que nace del corazón;

y ríete con su risa…,
y ponte a bailar con ella,
como si con cada giro
le dieras brillo a una estrella…,

y embriágate con el vino
de su luz tornasolada,
que si en ti no hay alegría…,
mi amigo…, ¡no tienes nada…!