“Estoy a salvo siempre,
donde quiera que estoy:
la paz de Dios me guía…,
y esa es la paz que doy…”

“¡Sé bien que formo parte
de su excelsa canción,
porque para moldearme
usó su Vibración!”

“¿Y qué cosa podría
sumirme en descontrol,
si es brasa de su fuego
la lumbre en mi farol?”

“Cuando completamente
me abro a su resplandor,
circula por mis manos
su Toque Sanador…”

“Y cuando me permite
mirar con su Visión…,
¡es una catarata
de gozo el corazón…!”

“Y hoy, que siento en mi frente
el beso que me dio…,
¡con su luz que me alumbra
también alumbro yo!”

“Porque su Amor Divino
me regaló una flor,
y a mi hermano la entrego
con ese mismo amor…”

“Vaya al sitio que vaya
con su Presencia voy:
¡y estoy a salvo siempre…,
donde quiera que estoy!”