Si sientes que está débil la luz de tu linterna,
y a veces te parece que la esperanza muere…,
recuérdate a ti mismo esta verdad eterna:
¡estoy hecho de luz…, y ya nada me hiere…!
Si acaso el escenario de tu vida ha cambiado,
y ahora la incertidumbre de pesares te embarga,
declara desde el templo de tu Ser elevado:
¡estoy hecho de luz…, y ya nada me amarga…!
Y si tus circunstancias se presentasen duras,
y un fantasma de dudas y temores te acosa,
recógete en tu alma, y afirma con premura:
¡estoy hecho de luz…, y ya nada me roza…!
¡Recupera de prisa, compañero de viaje,
tu memoria más pura, más luminosa y sabia!,
y ordena –aún en el medio de ofensas y de ultrajes-:
¡estoy hecho de luz…, y ya nada me agravia…!
¡No estás solo, mi amigo…, ni aislado, ni indefenso…!
¡Tienes adentro tuyo la mejor remembranza…!,
la que te hace decirte, -mientras vas por lo denso-:
¡estoy hecho de luz…, y ya nada me alcanza…!
¡Tenlo presente, hermano!…si es que la desazón
quiere hacer de tu vida una pesada cruz,
repítete en silencio desde tu corazón:
¡nada puede afectarme…!, ¡ESTOY HECHO DE LUZ…!
Qué bonita..!!! qué cierta!!! Gracias Jorge por recordarme de manera tan bella, que estoy hecha de LUZ, algo que sé, pero que reconozco a veces por circunstancias y motivos varios,se me olvida un poco..
Siento que cada poema tuyo también está hecho de Luz, chispitas de tu propia luz que pones en cada uno de tus pajarillos, así me llegan. Un cariñoso abrazo
Juana Mª
¡Gracias, amiga, por la dulzura de tu mensaje!: ¡también tus palabras están entretejidas de luz!
¡Lo mejor para ti!