Cuando te traten de forma poco afable…,
respira hondo…¡y elige otra respuesta!:
decide contestar de modo amable…
¡y habrás sumado…lo que el otro resta!

¡Nadie puede afectarlo en modo alguno,
a quien en su interior no lo consiente!:
ni el visitante más inoportuno,
ni la acción del que agrede…o el que miente…

Si eres realmente fuerte en tu camino,
no prestas atención a las ofensas…:
¡el que se sabe manso y cristalino
no necesita utilizar defensas!

Imagínate andando por la Vida
como marchan los niños…y los sabios…,
sin dejar que se formen las heridas,
¡al pagar con sonrisas los agravios!

Sin llegar a poner la otra mejilla,
-utilizando sólo tu intención-,
irás sembrando la mejor semilla:
la de un dulce y abierto corazón.

¡Y ese brillo irradiando de tu aura…,
y ese cálido andar iluminado…,
señalarán el modo en que se instaura
un Mundo Nuevo…sobre el Viejo ajado…!